Hombres decididos y valientes para embarcarse en un gran viaje. Hombres con sensibilidad para apreciar la belleza y los más exquisitos aromas. Hombres desde Sevilla al mundo.
Con el V centenario de esta gesta, Agua de Sevilla lo conmemora con su propio perfume. Un aroma que se guarda en la memoria como un gran viaje. La metáfora de un viaje eterno, desde los grandes desafíos globales a los pequeños retos personales.
Esta fragancia define a ese hombre con sensibilidad para apreciar la belleza, los más exquisitos aromas y cuyo nombre resuena en el mundo entero.
En sus notas olfativas, la lavanda es la protagonista absoluta, dejando siempre huella en todos aquellos que la huelan.
Desde Sevilla partieron 5 naos con las que Magallanes y Elcano hicieron que el mundo nunca volviera a ser el mismo. Sabían cuándo partirían, pero no si regresarían.Y así, inconscientes de estar escribiendo un capítulo en la historia de la humanidad, doscientos treinta y nueve hombres, audaces y valerosos, se embarcaron en un largo viaje el 10 de agosto de 1519. La mayor aventura marítima de todos los tiempos. Una historia que comenzó hace 500 años y que hoy en día está más viva que nunca con un perfume que los representa.
El mantón de manila, seña de identidad de nuestra tierra. Artesanía. Elegancia en estado puro. Enredos de sueños. Un tesoro vivo. Signo de belleza y sensualidad. Una obra de arte de la tradición y cultura andaluza que no tiene edad…
El romanticismo de su leyenda.
Dicen que fueron las cigarreras sevillanas de la Real Fábrica de Tabaco las que pusieron de moda el mantón de manila.
Los fardos de tabaco que llegaban a nuestra tierra en la época colonial, estaban envueltos en un delicado tejido de seda que los preservaban de la humedad. Las trabajadoras les daban un nuevo uso a estas telas bordándolas a su antojo. Los bordados más habituales solían ser sus flores favoritas, creando así pequeños mantoncillos de colores infinitos que cubrían sus hombros.
Fue a partir de ahí, cuando la alta sociedad se “encaprichó” de estas piezas artesanales y empezaron a demandarlas a las “improvisadas” bordadoras, profesión que con el paso de los años se fue profesionalizando. Eso sí, la alta sociedad los quería grandes, haciéndolos casi como los conocemos hoy.
Esta edición de Agua de Sevilla Perfumes rinde homenaje a una herencia cultural, la industria artesana protagonizada por la cerámica y la alfarería. Arte reconocido mundialmente por su calidad y diversidad.
Inspirada en la cerámica de la ciudad, un oficio y arte que ha estado y está presente en toda la historia de Sevilla y en sus diferentes modalidades, ha sido el elemento más utilizado en calles, plazas y casas. Tanto que forman parte de nuestro día a día.
En Agua de Sevilla Perfumes le damos importancia a los detalles, y es por eso que hemos elegido los 3 colores de la ciudad para nuestro azulejo:
El blanco, por su flor de azahar.
El amarillo por el sol andaluz.
Y el azul añil, por ser el protagonista en teñir el crepúsculo de la ciudad…
… Y Agua de Sevilla llegó a mí, como agua de mayo, o de abril, y ya se sabe… en abril aguas mil, pero de Sevilla… y me dejaron ser yo, por que mi mundo es el suyo y su mundo el mío, hablemos de poesía y de primavera, de sensaciones que erizan la piel y de sentimientos que llegan al alma. GRACIAS AGUA DE SEVILLA.
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